¿El mar o la mar? Los géneros gramaticales

E

n español los sustantivos se dividen, básicamente, en dos géneros gramaticales: masculino y femenino. El género del sustantivo determina, por ejemplo, qué artículos se usan con él y afecta, además, la forma de los adjetivos. Existen, además, casos de sustantivos neutros, como veremos más adelante, como en el caso de los adjetivos sustantivados.

A grandes rasgos, los sustantivos terminados en -o son masculinos, y los terminados en -a son femeninos, pero existen excepciones en ambos casos:

  • el libro, el perro, el zapato, (masculinos) pero la mano, la foto (abreviación de fotografía), la moto (abreviación de motocicleta). Son pocos los sustantivos femeninos terminados en -o, y la mayoría son abreviaciones de otros sustantivos femeninos.
  • la mesa, la casa, la corbata, (femeninos), pero el mapa, el día, el problema. Existen más sustantivos masculinos terminados en -a que femeninos terminados en -o, así que la recomendación, porque además existen sustantivos terminados en otras letras, es aprender los sustantivos junto con sus respectivos artículos. 

Cuando se trata de sustantivos que reflejan objetos inanimados, lo normal es que cada sustantivo tenga un solo género gramatical. Así, la pared, el reloj, la puerta, el auto, la casa, el vaso y la chimenea no presentan ningún tipo de ambigüedad respecto a su género gramatical. Nuevamente, si bien se puede seguir la regla de la terminación en -o o -a para determinar el género del sustantivo, hay excepciones y hay muchos sustantivos que no terminan en ninguna de estas dos letras. 

En el caso de los animales, podemos distinguir dos grupos. Para muchos animales existe un nombre para referirse al macho y otro para referirse a la hembra: el toro/la vaca, el gato/la gata, el caballo/la yegua, el perro/la perra, el gallo/la gallina. En el caso de la mayoría de los animales existe un solo sustantivo que se utiliza para referirse tanto a ejemplares machos como hembras: el águila, la zarigüeya, el ratón o la rata pueden ser tanto machos como hembras. Estos son los llamados sustantivos epicenos, es decir, la misma palabra con el mismo género gramatical puede referirse a individuos de sexo biológico diferente. 

 

Cuando nos referimos a personas hay aún algunas excepciones más. Hay sustantivos que tienen una forma masculina y una femenina que se distinguen por su terminación, como hermano y hermana o niño y niña, y otros que tienen nombres diferentes, como padre y madre o yerno y nuera. También existen los llamados sustantivos comunes en cuanto al género, que se distinguen de los epicenos porque a la misma palabra se le asignan ambos géneros gramaticales. Ejemplos: el/la artista, el/la pianista, el/la profesional. También existen sustantivos epicenos que refieren a personas: el personaje y el vástago, por ejemplo, pueden referir a hombres o mujeres, y la persona o la víctima también.

Sustantivos ambiguos en cuanto al género: existen sustantivos para los que se aceptan ambos géneros gramaticales sin que cambie el significado de la palabra. Su uso depende normalmente de normas culturales o variedades lingüísticas. Son ejemplos el/la mar, el/la sartén, el/la vodka.

Existen también palabras que existen en ambos géneros gramaticales, pero cuyo significado cambia según el género: el cometa (cuerpo celeste) / la cometa (juguete), el cólera (enfermedad) / la cólera (ira), el editorial (artículo periodístico) / la editorial (casa editora), el cura (quien imparte la misa) / la cura (la solución a una enfermedad), el corte (el resultado de usar una tijera) / la corte (entre otros significados, un órgano de la justicia).

Por último, algunas expresiones pueden ser neutras en español en cuanto a género gramatical. En ¿qué es eso? estamos preguntando, por ejemplo, qué es una cosa que estamos viendo, que puede ser un sustantivo masculino o femenino. En “lo bueno del verano es que se puede ir a la playa” hacemos referencia a una ventaja que tiene el verano, pero sin referencia a géneros gramaticales. Y en “aquello fue hermoso” podemos estar nombrando un viaje, de género gramatical masculino, o una cena, de género gramatical femenino. Pero esto lo veremos en otro artículo. 

Como esto es un blog de español como lengua extranjera es válido hacer la siguiente aclaración: si el o los idiomas que hablas tienen géneros gramaticales que afecten a todos los sustantivos, no esperes que coincidan en español. Ni esperes que tengan una lógica. El género gramatical es, después de todo, meramente gramatical, y es una consecuencia de la evolución de los idiomas. Por poner un ejemplo, la palabra chica o muchacha en alemán en Mädchen, das Mädchen, de género gramatical neutro aunque se refiere a personas de sexo femenino. Esto se da porque esa palabra deriva de Magd, una palabra del alemán medieval al que más tarde se le agregó el sufijo chen, que forma el diminutivo en alemán. Todas las palabras que tienen este sufijo en alemán son de género gramatical neutro, no importa a qué se refieran. Y, un ejemplo más, existen sustantivos en español que son sinónimos, pero que tienen diferente género gramatical. La palta/el aguacate, la cometa/el barrilete, la jerga/el argot, la torta/el pastel. 

Espero que este artículo te haya sido útil. Si tienes dudas, me escribes. ¡Gracias por la lectura!

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