¿Por dónde empezar a aprender español? Las reglas generales de pronunciación (II)

C

ontinuamos con la generalidad de la pronunciación del español. En este artículo completamos el abecedario, vemos los casos de la ch y la ll y, ya que estamos hablando de fonética, vemos el concepto de yeísmo, un fenómeno muy extendido en el idioma español.

Si no leíste el artículo anterior, puedes leerlo aquí.

N: La n en español es una consonante nasal alveolar sonora, lo que significa que se produce permitiendo que el aire pase por la nariz mientras la punta de la lengua toca los alvéolos (zona detrás de los dientes superiores). El punto de articulación de la N, sin embargo, cambia según la letra siguiente y, en algunas variedades del idioma, al final de la palabra, produciendo un sonido que no está presente en la variedad del idioma que yo hablo pero que, personalmente, me encanta. Aquí puedes leer más acerca de esto. Ejemplos: noche /ˈno.t͡ʃe/, cantar /kanˈtaɾ/. Inglés: muy similar al sonido de la n en palabras como night /naɪt/. Alemán: similar al sonido en Nacht /naxt/ (noche). Francés: idéntico al sonido de la n en nom /nɔ̃/ (nombre).

Ñ: /ɲ/. La ñ en español es una consonante nasal palatal sonora, lo que significa que el sonido se produce permitiendo que el aire pase por la nariz mientras la lengua se coloca en el paladar duro. Ejemplos: niño /ˈni.ɲo/, mañana /maˈɲa.na/. Inglés: no tiene un sonido equivalente exacto. Puede aproximarse a la secuencia ny en palabras como canyon /ˈkæn.jən/, aunque este no es un sonido único sino una combinación de fonemas. Alemán: no existe un sonido igual, pero se puede aproximar al grupo gn en préstamos como Kognak [ˈkɔ.ɲak] (del francés Cognac). Francés: similar al sonido en palabras como montagne /mɔ̃.taɲ/ (montaña), aunque en francés este sonido es menos frecuente y a menudo forma parte de combinaciones ortográficas.

O: /o/. La o en español es una vocal media y posterior, lo que significa que la lengua se posiciona en la parte media de la boca hacia atrás, sin tocar ninguna parte del paladar. Es una vocal redondeada, es decir, los labios forman un círculo al pronunciarla. Es un sonido puro, sin diptongación ni deslizamiento hacia otros sonidos vocálicos. Ejemplos: oso /ˈo.so/, olor /oˈloɾ/. Inglés: similar al sonido puro de la o en palabras como office /ˈɒf.ɪs/ (británico) o /ˈɑː.fɪs/ (estadounidense), aunque en inglés tiende a ser más diptongada en ciertos contextos, como en go /ɡoʊ/. El error más frecuente que comenten los angloparlantes es pronunciar una u luego de la o al final de palabra, algo que no es necesario. Alemán: similar al sonido de la o en Sohn /zoːn/ (hijo), donde también es una vocal posterior y redondeada. Francés: comparable al sonido de la o en rose /ʁoz/ (rosa), aunque en francés el grado de cierre puede variar según el contexto.

P: /p/. La p en español es una consonante oclusiva bilabial sorda, lo que significa que el sonido se produce cerrando completamente los labios y liberando el aire de forma rápida, sin vibración de las cuerdas vocales. A diferencia de otras lenguas como el inglés, la p en español no lleva aspiración, lo que la hace sonar más suave. Ejemplos: papa /ˈpa.pa/, ropa /ˈro.pa/. Inglés: similar al sonido de la p en pen /pɛn/, pero en inglés es aspirada (un leve soplo de aire sigue al sonido) cuando está en posición inicial. La p en español se asemeja más al sonido de la p inglesa en spin /spɪn/, donde no hay aspiración. Alemán: igual al sonido de la p en Papier /paˈpiːɐ̯/ (papel), que también es una oclusiva bilabial sorda sin aspiración. Francés: similar al sonido de la p en pomme /pɔm/ (manzana), sin aspiración, como en español.

Q: /k/. La q en español siempre se combina con la letra u para representar el sonido /k/, seguido de las vocales e o i. En este contexto, la u es muda y no se pronuncia. La q no aparece nunca sola en español y tiene una pronunciación uniforme en todas las variedades del idioma. Ejemplos: queso /ˈke.so/, quinto /ˈkin.to/. Hay unas pocas palabras en español en las que el dígrafo qu va seguido de otras vocales, como en quásar o quórum. En estos casos la q se pronuncia como /k/ y la u se pronuncia como una u regular del idioma español. Aunque la RAE recomienda adaptar palabras como estas, en este caso a cuásar y cuórum, sus versiones con q son muy frecuentes de ver en el idioma escrito. Inglés: similar al sonido de la k en palabras como kite /kaɪt/, aunque en inglés no se representa con qu en estos casos. Ejemplo de qu en inglés: quick /kwɪk/. Aquí, el grupo qu en inglés tiene un sonido adicional /w/ que no existe en español. Alemán: es el sonido /k/ de la k o de la q del alemán. La principal diferencia radica en que, en alemán, la u luego de la q suena /v/, por ejemplo, en palabras como Qualität o quadrat. Esa combinación de sonidos no existe en español. Francés: comparable al sonido en palabras como quitter /ki.te/ (dejar), donde también la qu representa /k/.

R: La r en español tiene dos posibles pronunciaciones, dependiendo de su posición en la palabra y contexto y es, probablemente, uno de los sonidos más difíciles de pronunciar para quienes aprenden español. Simple: /ɾ/ (vibrante simple alveolar sonora). Se produce con un solo toque de la punta de la lengua contra los alvéolos (zona detrás de los dientes superiores). Una r al final de palabra, o una r escrita r y no rr en el medio de una palabra, por regla general, serán pronunciadas como /ɾ/. Múltiple: /r/ (vibrante múltiple alveolar sonora): se produce con varios golpes rápidos de la punta de la lengua contra los alvéolos. Ocurre al inicio de palabra (rojo /ˈro.xo/) y en palabras escritas con “rr” entre vocales (perro /ˈpe.ro/). Así, por ejemplo, pero se pronuncia /ˈpe.ɾo/, pero perro se pronuncia /ˈpe.ro/. Además, la r luego de l y n se pronuncia como en perro. Así, en sonreír la primera R se pronuncia de esta manera, /son.re.ˈiɾ/, y lo mismo sucede en alrededor: /al.re.ðe.ˈðoɾ/. 

No hay equivalentes en ninguno de los idiomas que hablo/aprendo. Miento, en el alemán sí. Yo solamente puedo comunicarme en Hochdeutsch, pero tengo entendido que en algún dialecto del alemán, al menos, esta pronunciación existe. Y me refiero a la múltiple. Me he dado cuenta, mientras escribo, que esta letra en particular merece, sin dudas, un artículo aparte. Así que les dejo un video de Rammstein. Esta canción me gusta mucho y, prestando atención, se puede escuchar la pronunciación vibrante múltiple alveolar sonora de la R.

S: /s/ La s en español es una consonante fricativa sorda cuya principal variación es como es articulada. En España se articula más posterior, entre la punta de la lengua y los alvéolos, en Latinoamérica se articula entre el dorso de la lengua y los alvéolos, dando como resultado un sonido más suave. En muchas variedades del idioma la S suele ser aspirada, es decir, no pronunciada, sobre todo a final de palabra aunque principalmente en Colombia se puede escuchar la aspiración de la S en el medio de algunas palabras. Inglés: similar al sonido en sun /sʌn/, aunque en inglés puede ser un poco más intensa que en español. Alemán: similar al sonido de la ß y de la doble s en palabras como nass /nas/, es decir, es no vibrante. Francés: similar al sonido en soleil /sɔ.lɛj/ (sol).

T: La t en español es una consonante oclusiva dental sorda, lo que significa que el sonido se produce al colocar la punta de la lengua contra los dientes superiores, bloqueando completamente el flujo de aire y liberándolo bruscamente. Es un sonido no aspirado, es decir, no hay una explosión de aire al pronunciarlo, a diferencia de otros idiomas. Ejemplos: taza /ˈta.θa/ (o /ˈta.sa/ en zonas con seseo), tigre /ˈti.ɣɾe/. Inglés: similar al sonido de la t en stop /stɒp/, aunque en inglés la t al inicio de palabras suele ser aspirada, como en top /tʰɒp/. Este pequeño soplo de aire no ocurre en español. Alemán: similar al sonido de la T en Tisch /tɪʃ/, aunque no es aspirada. Francés: similar al sonido en table /tabl/ (mesa). En francés, la t es dental como en español, por lo que la pronunciación es casi idéntica.

U: La u en español es una vocal cerrada, posterior y redondeada, lo que significa que la lengua se posiciona hacia la parte posterior de la boca, casi cerrando el espacio, y los labios se redondean al pronunciarla. Es una vocal corta y pura, sin deslizamientos hacia otros sonidos vocálicos. Ejemplos: uno /ˈu.no/, luna /ˈlu.na/. Inglés: similar al sonido de oo en food /fuːd/, aunque en inglés puede ser más alargado y ligeramente diptongado dependiendo del acento. Alemán: muy parecida al sonido de la u en Gut /ɡuːt/, que también es una vocal cerrada posterior y redondeada. Un detalle: en español existe la u con diéresis ü. En español la diéresis no cambia el sonido vocálico, sino que indica que la U debe ser pronunciada en una posición en la que sin diéresis no sonaría, como entre g y e o i. Así, en bilingüe la u suena /u/ y no [y] como en palabras como Tür /tyːɐ̯/. Francés: diferente a la u francesa, que es una vocal cerrada anterior redondeada (/y/), como en lune /lyn/. La u española es más similar a la ou en route /ʁut/.

V: como vimos en el artículo anterior, en español la v y la b se pronuncian de forma idéntica, como una consonante bilabial sonora. Esto significa que el sonido se produce juntando ligeramente los labios y haciendo vibrar las cuerdas vocales. Dependiendo de su posición en la palabra puede ser oclusiva [b], como al inicio de una frase o después de una pausa (vamos [ˈba.mos]), o aproximante [β̞, como] entre vocales o en otros contextos (lava [ˈla.β̞a]). Ejemplos: vida /ˈbi.ða/, nieve /ˈnje.β̞e/. Tanto en inglés como en francés la V es una fricativa labiodental sonora, y en alemán puede ser una fricativa labiodental sonora (en palabras como Villa), aunque más frecuentemente es una fricativa labiodental sorda, como en Vater /ˈfaːtɐ/. Este último sonido está representado en español por la F, y el sonido fricativo labiodental sonoro /v/ no existe en ninguna variedad del español, salvo en algunas áreas y por transferencia de otras lenguas. Así, repasemos los mismos ejemplos que utilizamos para la B, ya que la pronunciación es la misma. Inglés: similar al sonido de la /b/ en boat /boʊt/. Alemán: se asemeja al sonido de la /b/ en Baum /baʊm/ (árbol), donde la /b/ es también una oclusiva bilabial sonora, pero más tensa. Francés: similar al sonido de la /b/ en beau /bo/ (bello). 

W: La w es una letra poco común en español y aparece principalmente en palabras de origen extranjero (anglicismos, germanismos, etc.) o nombres propios. Se pronuncia como /b/, o como /u/ o /gu/ según el caso. En palabras como whisky, de origen inglés, se pronuncia /u/ o /gu/. En palabras de origen alemán o neerlandés, como Wagner, se pronuncia como /b/.

X: La x en español tiene varias pronunciaciones dependiendo de su posición en la palabra y de la tradición lingüística: en medio de otras letras o a final de palabra combina dos fonemas: [ks]. Es la pronunciación más común en palabras generales y cultismos. Ejemplo: texto [ˈteks.to]. Fricativa velar sorda [x]: similar al sonido de la j en español, ocurre en palabras de origen indígena o en nombres propios en México y Centroamérica. Ejemplo: México [ˈme.xi.ko].  Consonante fricativa sorda [s]: en algunos casos, como al inicio de palabras de origen griego (xilófono [siˈlo.fo.no]), se pronuncia como una simple /s/. Inglés: similar al sonido de x en box /bɒks/, donde se pronuncia como [ks]. Alemán: similar al uso de la x en palabras extranjeras, como Xylophon /ˈksy.lo.foːn/ (xilófono), donde se pronuncia /ks/. Francés: similar al sonido [ks] en texte /tɛkst/.

Y: La y tiene distintas realizaciones fonéticas según su posición en la palabra y la región hispanohablante. Consonante fricativa palatal sonora /ʝ/ al inicio de palabra o sílaba, como en yema /ˈʝe.ma/ o payaso /pa.ˈʝa.so/. En Uruguay y partes de Argentina ocurre el fenómeno denominado rehilamiento, que consiste en agregar sonoridad en el punto de articulación. Por esta razón en estos lugares la y en estas posiciones se pronuncia como /ʒ/ o /ʃ/. Semiconsonante palatal sonora /j/ cuando forma un diptongo o triptongo a final de palabra, como en rey /rej/. Se pronuncia como /i/ cuando es la conjunción y. Más adelante en este artículo hablaremos del yeísmo, sus implicancias y las diferentes pronunciaciones de la ll y la y en español. Tomando sonidos del inglés y el alemán, /j/, el sonido de la y en yes en inglés o de la j en ja en alemán es bastante aproximado a la pronunciación más neutral de la y en español. En el caso del francés, por supuesto, el sonido /ʒ/ de palabras como genre es idéntico a una de las pronunciaciones de la y en la variedad rioplatense del idioma. Con respecto a la y a final de palabra y a la propia conjunción y, basta pronunciarlas como la vocal /i/.

Z: La z tiene dos pronunciaciones principales según la región hispanohablante. Consonante fricativa interdental sorda /θ/: esta es la pronunciación estándar en España (excepto en algunas regiones del sur, donde se usa /s/). Ejemplo: zapato /θaˈpa.to/. Consonante fricativa alveolar sorda /s/: Pronunciada igual que la s, ocurre en la mayor parte de América Latina y en algunas partes del sur de España (fenómeno conocido como seseo). Ejemplo: zapato /saˈpa.to/. Inglés: similar al sonido s en see /siː/ en las regiones seseantes. similar al sonido th en think /θɪŋk/ en la pronunciación interdental. Alemán: similar al sonido de la ß y de la doble s en palabras como nass /nas/, es decir, es no vibrante, en zonas seseantes. En alemán no existe un equivalente al sonido /θ/. Francés: Similar a la s en ce /sə/ para la pronunciación seseante. El sonido interdental /θ/ no tiene equivalente en francés.

Ch: integró el abecedario del idioma hasta 2010, cuando fue excluida por la RAE porque en realidad es un dígrafo. Antes de ese año el abecedario era A, B, C, CH, D… La combinación “ch” en español representa el sonido /tʃ/, que es una consonante africada postalveolar sorda. Africado: Se produce como una combinación de un cierre completo (oclusión) seguido de una liberación fricativa, es decir, sigue existiendo una restricción al flujo del aire. Esto diferencia a los sonidos africados de los oclusivos, ya que en estos últimos la liberación al flujo del aire es total. Postalveolar: La lengua se posiciona cerca de la región posterior de los alvéolos. Sorda: No hay vibración de las cuerdas vocales al producir este sonido. En el español estándar, /tʃ/ es bastante consistente y carece de variación regional significativa, aunque por ejemplo hay hablantes cubanos (y desconozco si esto sucede en toda Cuba), que suavizan la pronunciación hacia un sonido más fricativo como /ʃ/. De esta manera, con esa pronunciación palabras como mucho /ˈmu.tʃo/ son pronunciadas /ˈmu.ʃo/, algo que, a mí, personalmente, me encanta escuchar. Ejemplos: chico /ˈtʃi.ko/, noche /ˈno.tʃe/. Inglés: El sonido /tʃ/ es idéntico al de la combinación ch en palabras como church /tʃɜːrtʃ/. Alemán: es el sonido de la combinación tsch del alemán, como en Entschuldigung. Francés: el francés estándar no tiene un sonido /tʃ/. Sin embargo, aparece en algunos préstamos del inglés o en nombres extranjeros, como le tchèque /tʃɛk/ (“el checo”).

Yeísmo: en gran parte del mundo hispanohablante la y y la ll, que también integraba el alfabeto en el pasado al igual que la ch, se pronuncian igual. Es decir, igual dentro de la pronunciación de esa variedad del idioma. Voy a poner como ejemplo mi variedad, ya que es seguramente la que tiene la pronunciación más fuerte. En Uruguay y en partes de Argentina, por ejemplo en Buenos Aires, en el sur argentino y en las zonas del litoral palabras como lluvia se pronuncian /ˈʃu.βja/ o/ˈʒu.βja/, y palabras como yo  (/ʝo/) se pronuncian /ʃo/ o /ʒo/. En todo el territorio en el que este fenómeno ocurre. La pronunciación más neutral, desde mi perspectiva, para estas dos palabras sería /ˈʝu.βja/ y /ʝo/, pero al punto al que quiero llegar es que, independientemente de la variedad del idioma, lo más probable es que la pronunciación de la y y de la ll sea igual, sea cual sea la pronunciación. Algunas distinciones con que en algunas zonas de España y de los Andes la ll se pronuncia como una consonante lateral palatal sonora (/ʎ/), y que, y esto es basado solamente en mi experiencia personal, he escuchado a mexicanos pronunciarla como /ʒ/. 

Entiendo que para algunos grafemas hay muchos fonemas. Pero así es el español, y así son todos los idiomas, de hecho. Quiero dejarles, primero que nada, un mensaje positivo: los hispanohablantes, no importa qué variedad del español hablemos, nos entendemos. No digo esto por decirlo, he hablado con hablantes nativos de todos los países hispanohablantes menos con alguien de Guinea Ecuatorial y, más allá de las diferencias, la comunicación siempre fluyó perfectamente. Y si bien no he hablado con nadie de Guinea Ecuatorial, sigo a una Youtuber de ese país y entiendo perfectamente todo lo que dice. Es decir, independientemente de la variedad del idioma la comprensión mutua es lo normal. Por último, un consejo que siempre doy en mis videos y que siempre les doy a las personas con las que hago intercambio de idiomas: aprende todo lo que puedas, pero manténte tan neutral como puedas. ¡Gracias por leer!

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