Dichos y refranes (II)

E

n este segundo artículo de esta pequeña serie repasaremos más dichos y refranes del idioma español para que puedas sonar más como un nativo. ¡Vamos!

Cría cuervos y te sacarán los ojos: estas aves comienzan a comerse los cadáveres por los ojos. El refrán se refiere a que hay que tener cuidado con los favores que uno hace, ya que las personas a quienes uno se los hace podrían comportarse de manera ingrata o traicionera. Hay, también, una versión cómica. Cría cuervos, y tendrás muchos.

En boca cerrada no entran moscas: aparentemente proviene de una frase que le dijeron al rey Carlos I de España, quien tenía una malformación conocida como prognatismo que le obligaba a mantener la boca entreabierta. Según dice la historia un lugareño le habría dicho “cerrad la boca, majestad, que las moscas de este reino son traviesas”, y de esta frase provendría el refrán actual. Actualmente se utiliza para sugerirle a alguien que evite hablar de algo, generalmente por su propio bien.

El que mucho abarca, poco aprieta: de uso muy frecuente, hace referencia a que la persona que quiere llevar a cabo muchas cosas al mismo tiempo en general no logra concretar todo lo que se propone, o hace la mayoría de las cosas mal.

A buen hambre no hay pan duro: literalmente hace referencia a que cuando realmente tenemos hambre cualquier alimento es bueno, pero en un sentido más amplio significa que en situaciones de necesidad cualquier solución o ayuda será bienvenida. Tiene su origen en una frase latina atribuida a Cicerón: Optimum condimentum est fames, el mejor condimento es el hambre. Esta frase se fue modificando con los años, y la versión que aquí citamos se usa coloquialmente en la actualidad.

A río revuelto, ganancia de pescadores: utilizado desde hace siglos en España y con múltiples reflejos en la literatura, este refrán se basa en el hecho de que cuando las aguas de un río están turbias la pesca se da mejor. En su sentido actual quiere decir que en situaciones confusas o de cambios bruscos hay quienes sacan ventajas aprovechando las circunstancias. 

El que se fue a Sevilla perdió su silla: tiene un interesante origen en un hecho histórico del Siglo XV. Quien era en ese momento arzobispo de Compostela cambió de arzobispado con el de Sevilla, que era su tío, ya que en Compostela las cosas estaban revueltas y su tío podía apaciguarlas. Una vez logrado esto, cuando su tío quiso volver a Sevilla, es decir, volver a hacer el cambio, su sobrino se negó. La frase original, en realidad, era “El que se fue de Sevilla perdió su silla”, ya que se refiere al arzobispo que dejó Sevilla para irse a Compostela. Actualmente se usa en dos sentidos. Cuando por ejemplo en una reunión alguien sale de una habitación y al volver encuentra ocupada la silla que estaba utilizando, al reclamarla le podrían decir “El que se fue a Sevilla perdió su silla”. Tiene una acepción más amplia, que es que no se debe abandonar o descuidar lo que se tiene, un puesto de trabajo por ejemplo, porque podría haber otras personas deseándolo. 

No le pidas peras al olmo: los olmos son árboles que los romanos utilizaban para alejar las vides del suelo, de manera de proteger las uvas. En un texto de un poeta latino llamado Publio Syrus es que aparece esta frase, en referencia a que en los olmos era más fácil encontrar uvas que otras frutas como las peras. Hoy en día se utiliza con el significado de que no hay que exigirle a alguien algo que no es capaz de dar o de lograr. Por ejemplo, a mí, personalmente, no me gusta madrugar, y no tengo energías para hacer deporte por las mañanas. Hace un tiempo una amiga me invitó a empezar a salir a correr juntos. Por las mañanas, temprano. Mi respuesta podría haber sido perfectamente “no le pidas peras al olmo”.

El hábito no hace al monje: la palabra hábito se refiere en este caso al vestido o traje que utilizan los religiosos. Este refrán ya se utilizaba en el latín medieval: cucullus non facit monachum. Se refiere a que no hay que juzgar a una persona por su apariencia, ya que esta no nos dice realmente frente a qué tipo de persona estamos. Hay dos refranes más que transmiten un significado similar: “aunque la mona se vista de seda, mona queda”, y “las apariencias engañan”. Los tres son frecuentemente utilizados tanto en el español hablado como en el escrito. 

El pez por la boca muere: hace referencia a la pesca, ya que el pez es atrapado si abre la boca y muerde el anzuelo. Se utiliza para expresar que muchas veces terminamos en problemas por decir cosas de más, acerca de nosotros mismos o acerca de otras personas. Es decir, aconseja ser discretos. Hay otro refrán con el mismo significado: “uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice”. 

Nuevamente, existen muchos más. Esta es simplemente la segunda entrega, en próximos artículos repasaremos más refranes y sus orígenes. ¿Cuál te ha gustado más? ¡Te leo en comentarios!

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