María es la más alta: los superlativos

L

os superlativos son la forma en la que, en español y en todos los idiomas que conozco, una cualidad muestra su máxima o mínima expresión. Asumo, además, que existen en todos los idiomas. Son, además, de uso muy frecuente. Los superlativos en español tienen dos formas: existen los superlativos relativos y los absolutos. Si bien existen algunos adjetivos irregulares las reglas son sencillas. En este artículo veremos las reglas de formación de los superlativos, los dos tipos y muchos ejemplos. ¡Vamos!

Los superlativos relativos.

Pensando en voz alta mientras escribo, en mi humilde opinión, este caso es el de los verdaderos superlativos del español, ya que es el que expresa que un sustantivo posee una cualidad en el grado máximo o mínimo con respecto a un grupo de sustantivos comparables. La estructura general de la formación del superlativo es:

sustantivo + verbo + artículo definido + (más/menos) adjetivo + de + artículo definido + sustantivo

Superlativos relativos de superioridad.

Se utilizan para indicar que la cualidad que tiene el sustantivo es la máxima respecto a los otros integrantes del grupo. Lo que determina que el superlativo es de superioridad es el uso del adverbio comparativo más.

María es la más alta de las chicas

El adjetivo, como en todos los casos en español, coincide con el adjetivo al que describe en número y género gramatical. En este ejemplo alta describe a María. Los artículos definidos, asimismo, coinciden con los sustantivos que introducen, también, en género gramatical y número. Veamos el mismo ejemplo con un sujeto gramatical masculino:

Mario es el más alto de los chicos

El segundo sustantivo puede ser omitido si por el contexto es innecesario nombrarlo porque se sobreentiende.

María es la más alta.

Si se desea dar más énfasis a la cualidad que al sustantivo que la posee, se puede alterar el orden de la frase. Este último es bastante libre en español, y en general lo que se coloca antes es enfatizado:

La más alta de las chicas es María. 

Superlativos relativos de inferioridad.

Se utilizan para indicar que la cualidad que tiene el sustantivo es la mínima respecto a los otros integrantes del grupo. Lo que determina que el superlativo es de inferioridad es el uso del adverbio comparativo menos.

Este libro es el menos interesante de todos. Nuevamente, se puede omitir el grupo si el contexto lo permite: este libro es el menos interesante, y se puede enfatizar la cualidad: el libro menos interesante de todos es este.

Veamos algunos ejemplos más de superlativos en general, y de paso introduzcamos otra posibilidad.

Esta es la película más interesante de todas.

Juan es el estudiante menos aplicado de la clase.

Este hotel es el más caro de la ciudad.

Es el libro menos complicado que he leído.

En el último caso luego del superlativo hay una frase de relativo, algo que es posible ya que en casos como este el grupo puede ser omitido. La frase completa, incluyendo el grupo, puede ser por ejemplo es el libro menos complicado de todos los que he leído.

Adjetivos irregulares.

Hay algunos adjetivos que, cuando se usan en la forma superlativa, al igual que en la comparativa, tienen formas irregulares. En estos casos se utiliza la forma irregular omitiendo más o menos. Varían en singular y plural, pero son iguales en ambos géneros gramaticales. Repasemos los mismos ejemplos que vimos para la forma comparativa, pero adaptándolos a la forma superlativa.

Bueno: mejor. Este restaurante es el mejor de la ciudad. Estos restaurantes son los mejores del mundo. Esta nadadora es la mejor de la competencia. Estas nadadoras son las mejores.

Malo: peor. Él es el peor de todos en matemáticas. Ellos son los peores de todos en matemáticas. La tormenta de ayer fue la peor de las que he visto. Las tormentas de este año fueron las peores de la última década. 

Joven: menor. Él es el menor de mis hermanos. Mis primos son los menores de la familia. Mi madre es la menor de sus hermanas. Mis hermanas son las menores.

Viejo: mayor. Yo soy el mayor de mis hermanos. Ellos son los mayores del grupo. Mi tía es la mayor de sus hermanas. ¿Tus hermanas son las mayores de la clase?

Superlativos absolutos.

El superlativo absoluto, en igual de comparar al sustantivo con un grupo, intensifica la cualidad de forma independiente de otros sustantivos comparables. Se forma de dos maneras:

Sufijos ísimo/ísima/ísimos/ísimas.

Agregando estos sufijos a los adjetivos, los intensificamos. Por ejemplo, si decimos que el examen fue dificilísimo en lugar de decir que el examen fue difícil. Veamos las reglas de formación de estos superlativos con estos sufijos.

Sí el adjetivo termina en consonante, salvo excepciones que veremos más abajo, simplemente agregamos el sufijo: difícil, dificilísimo, hábil, habilísimo.

Si el adjetivo termina en vocal, eliminamos la vocal y agregamos el sufijo: alto, altísimo, corto, cortísimo.

Si el adjetivo termina en ble cambiamos ble por bil y agregamos el sufijo: noble, nobilísimo, amable, amabilísimo. 

Si el adjetivo termina en co cambiamos co por qu y agregamos el sufijo: flaco, flaquísimo, rico, riquísimo.

Si el adjetivo termina en z, cambiamos la z por la c y agregamos el sufijo: feliz, felicísimo, veloz, velocísimo.

Si el adjetivo termina en n o en or se agrega císimo/císima/císimos/císimas. Joven, jovencísimo, trabajador, trabajadorcísimo.

Si el adjetivo termina en io o ia eliminamos ambas vocales y agregamos el sufijo: amplio, amplísimo. Pero si el adjetivo termina en ío o ía (notar que la diferencia es la tilde) quitamos solamente la última vocal: frío, friísimo.

Si el adjetivo termina en go sustituímos la o por una u: largo, larguísimo, amargo, amarguísimo. 

En el caso de los superlativos irregulares que vimos antes, estos sufijos se agregan al adjetivo, siguiendo las mismas reglas. Así, se dice viejísimo, jovencísimo, malísimo y… bonísimo. Coloquialmente se usa mucho más la palabra buenísimo, pero esta no se encuentra en el diccionario de la RAE.

Uso de adverbios.

Otra manera de formar el superlativo absoluto es utilizando adverbios como muy. Por ejemplo, en lugar de decir la comida está riquísima podemos decir la comida está muy rica, lo cual transmite el mismo significado. Se pueden utilizar, asimismo, otros adverbios, como increíblemente, extraordinariamente, etc. Veamos algunos ejemplos en las dos maneras de formar los superlativos absolutos.

El agua está muy fría. El agua está friísima.

La clase fue muy interesante. La clase fue interesantísima.

El museo es muy grande. El museo es grandísimo.

Los adverbios bien y mal no admiten el uso de estos sufijos, solo el uso de adverbios.

Ella cocina muy bien, pero el cocina muy mal.

Por último, para el caso de los superlativos absolutos formados con adjetivos, estos coinciden con el sustantivo en género y número. 

El auto es lindísimo.

La casa es lindísima.

Los autos son lindísimos.

Las casas son lindísimas.

Superlativos absolutos de adverbios.

Los adverbios admiten el uso de superlativos absolutos, y estos se pueden formar de las mismas maneras que para los adjetivos, siguiendo las mismas reglas de formación. La diferencia es que en este caso no hay coincidencia de género y número en el caso del uso de sufijos, es decir, la palabra formada no cambia.

El corre rápido. El corre muy rápido. El corre rapidísimo. 

Ella corre rápido. Ella corre muy rápido. Ella corre rapidísimo. 

Ellos corren rápido. Ellos corren muy rápido. Ellos corren rapidísimo. 

Ellas corren rápido. Ellas corren muy rápido. Ellas corren rapidísimo.

Aquí te dejo ejercicios para practicar este tema. Si tienes alguna duda, me escribes. ¡Gracias por leer!

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

TOP
Conexión Español.
Hablamos tu idioma.