¿Por dónde empezar a aprender español? Las reglas generales de pronunciación (I)
na pregunta que uno se hace al comenzar a aprender una lengua extranjera es por dónde empezar. O, al menos, es una pregunta que yo me he hecho, y que he visto en Internet. Así que en este artículo voy a compartir mi experiencia personal y, en lo que tiene que ver con el idioma español en particular, mi opinión. Basada en mi experiencia como aprendiente de lenguas extranjeras, como hablante nativo del español y como profesor de español como lengua extranjera.
Yo empecé a aprender inglés cuando tenía 8 o 9 años. Porque mis padres lo decidieron, y hoy en día agradezco mucho esa decisión. Recién cuando empecé a aprender alemán, muchos años después, me di cuenta de algo: comprender las reglas de pronunciación del inglés, si es que existen, es imposible. Hay que aprender cada palabra y su pronunciación, sin intentar caer en comparaciones con otras palabras, por similares que parezcan. Ni siquiera, en algunos casos, se pueden comparar las letras de una misma palabra. Basta con ver la pronunciación de la palabra Australia en inglés. Sin embargo, en mi primera clase de alemán mi profesor me enseñó, en unos 20 minutos, las reglas de pronunciación de este idioma. La única cosa fácil que tiene el idioma alemán, desde mi punto de vista. Y, ¿saben qué?, después de esa primera clase, yo llegué a mi casa sabiendo cómo se debía pronunciar cada palabra en alemán. Lo que no es igual a que yo pudiera pronunciar todas las palabras en alemán en ese momento. Ni siquiera puedo ahora, que tengo aprobado un examen de C1 y que uso el idioma casi a diario. Después de todo la pronunciación se trata de ejecutar movimientos rápidos y precisos. Requiere entrenamiento. Y ante palabras como Rindfleischetikettierungsüberwachungsaufgabenübertragungsgesetz… no hay entrenamiento que valga. Pero a lo que voy es que el alemán es un idioma con reglas claras de pronunciación, y sin excepciones. Si uno aprende las reglas puede leer un texto pronunciando correctamente todas las palabras aunque no entienda una sola de ellas. Bueno, menos Rindfleischetikettierungsüberwachungsaufgabenübertragungsgesetz. Y eso, al menos para mí, es motivante.
¿Por qué conté toda esta historia? Porque, a diferencia del inglés, y del francés (paréntesis: los profes de francés te enseñan reglas de pronunciación para luego decirte, casi todas las veces que las aplicas, que justo en esa palabra hay una excepción), el español es una lengua que, más allá de las variedades del idioma, que son muchas y que implican cambios, mayormente, en el punto de articulación de las consonantes, no tiene excepciones en su pronunciación. Es decir, si uno aprende las reglas de pronunciación del idioma uno sabe, a grandes rasgos, cómo se debe pronunciar cada palabra en español. Y repito, el español es una lengua multicéntrica, existen variantes en la pronunciación, pero no son excepciones, sino constantes de cada variante.
Perdón por la introducción tan larga. Todo lo anterior fue para introducir que en estos artículos veremos las reglas generales de pronunciación del idioma español, intentando elegir los sonidos más neutros. De manera que, como me pasó a mí con el alemán, puedas motivarte leyendo un texto en español sabiendo cómo pronunciar cada palabra, aunque no sepas qué significan. Eso, además, ayuda a mejorar la pronunciación. Entonces, sí. ¿Por dónde empezar a aprender español? Por la pronunciación. A mí me encanta la fonética, así que voy a seguir publicando artículos sobre las diferentes variedades y sobre aspectos particulares, como puedes leer aquí, aquí y aquí. Pero me pareció interesante, antes de abordar cada particularidad, escribir algo sobre la fonética en general. Y no, en español no vas a encontrar palabras como Rindfleischetikettierungsüberwachungsaufgabenübertragungsgesetz.
El alfabeto actual del idioma español consta de 27 letras. A continuación veremos la pronunciación de cada una con una pequeña explicación, signos del alfabeto fonético internacional y un intento de aproximación a sonidos de los otros idiomas en los que escribo este blog.
A: Es una vocal abierta y central, lo que significa que la boca está completamente abierta al pronunciarla y la lengua se encuentra en una posición baja y centrada dentro de la cavidad bucal. Ejemplos: amigo /aˈmi.ɣo/, casa /ˈka.sa/. Inglés: no existe un equivalente exacto. El sonido más cercano es el de palabras como father /ˈfɑːðər/ en inglés americano, aunque tiende a ser más posterior en inglés que en español. Alemán: similar al sonido en palabras como Mann /man/ (hombre). Es una /a/ abierta muy parecida a la española. Francés: similar al sonido en palabras como papa /papa/ (papá). Sin embargo, en francés el sonido puede ser ligeramente más nasal dependiendo del contexto, pero es bastante cercano.
B: En español, la b es una consonante oclusiva bilabial sonora /b/ cuando aparece al inicio de una palabra o tras una pausa. En posición intervocálica o después de una consonante sonora, se pronuncia como una aproximante bilabial sonora [β]. Ejemplos: /b/: bueno /ˈbwe.no/, [β]: saber /saˈβeɾ/. Inglés: similar al sonido de la /b/ en boat /boʊt/. Sin embargo, en inglés, la /b/ suele ser oclusiva en todos los contextos, no aproximante. Alemán: se asemeja al sonido de la /b/ en Baum /baʊm/ (árbol), donde la /b/ es también una oclusiva bilabial sonora, pero más tensa. Francés: similar al sonido de la /b/ en beau /bo/ (bello). En francés, la /b/ mantiene su carácter oclusivo en cualquier posición.
C: /k/, /s/, o /θ/. La pronunciación de la c depende de la vocal que la siga y de la región. Delante de las vocales a, o, u: siempre se pronuncia como una oclusiva velar sorda /k/. Ejemplos: casa /ˈka.sa/, coche /ˈko.tʃe/, cuna /ˈku.na/. En España (excepto en algunas regiones del sur): se pronuncia como una fricativa dental sorda /θ/. Ejemplos: cielo /ˈθje.lo/, cena /ˈθe.na/. En la mayor parte de Latinoamérica: se pronuncia como una fricativa alveolar sorda /s/. Ejemplos: cielo /ˈsje.lo/, cena /ˈse.na/. Inglés: si es /k/: se asemeja al sonido de la k en cat /kæt/. Si es /s/: es como la s en sun /sʌn/. Si es /θ/: es igual al sonido “th” en think /θɪŋk/. Alemán: si es /k/: similar al sonido en Katze /ˈkat.sə/ (gato). Si es /s/, igual a la ß. No existe un equivalente directo al sonido /θ/ del español peninsular. Francés: si es /k/: similar al sonido en car /kaʁ/. Si es /s/: como en ciel /sjɛl/ (cielo). El francés no tiene un sonido equivalente al /θ/.
D: /d/ o [ð]. La pronunciación de la d varía según su posición: /d/: Consonante oclusiva dental sonora al inicio de palabra, tras pausa o después de una consonante nasal o lateral. Ejemplos: dedo /ˈde.ðo/, andar /anˈdaɾ/. [ð]: Consonante aproximante interdental sonora. Esto ocurre en posición intervocálica o al final de palabra. Ejemplos: nada /ˈna.ða/, verdad /beɾˈðað/. Inglés: /d/: se parece al sonido de la d en dog /dɒg/. Sin embargo, en inglés, la /d/ suele ser alveolar, mientras que en español es dental. [ð]: es similar al “th” sonoro en this /ðɪs/. Alemán: /d/: es similar al sonido en das /das/ (eso). Ell alemán no tiene un equivalente exacto para la [ð]. Francés: /d/: se asemeja al sonido de dame /dam/ (dama). El francés tampoco posee un sonido aproximante [ð].
E: /e/ La e en español es una vocal semiabierta y anterior, lo que significa que la lengua se posiciona en la parte frontal de la boca, ligeramente elevada, pero no tanto como para cerrarla por completo. La punta de la lengua toca el extremo superior de los dientes inferiores, y el dorso de la misma se aproxima al paladar sin interferir con el flujo de aire. Ejemplos: es /es/, tener /teˈneɾ/. Inglés: similar al sonido en say /seɪ/, pero en inglés el sonido generalmente forma un diptongo, algo que no ocurre en español. El inicio de /seɪ/ se aproxima a la /e/ española. Alemán: se asemeja al sonido en lesen /ˈleːzən/ (leer), donde la /e/ es clara y sostenida, muy parecida a la española. Francés: Similar al sonido en été /e.te/ (verano). El francés tiene varias variantes de la e que son una tortura para los hispanohablantes que aprendemos francés. La única e del español es más similar a la variante cerrada.
F: /f/ La f es una consonante fricativa labiodental sorda, lo que significa que se produce al rozar el labio inferior con los dientes superiores, sin vibración de las cuerdas vocales. Es un sonido constante y estable en español, sin variantes significativas entre regiones. Ejemplos: fácil /ˈfa.sil/, familia /faˈmi.lja/. Inglés: idéntico al sonido de la f en palabras como fish /fɪʃ/. Alemán: Similar al sonido en Foto /ˈfoːto/ (foto), y al sonido de la v en palabras como voll o Vogel. Francés: Igual al sonido en femme /fam/ (mujer). La /f/ en francés es también una fricativa labiodental sorda.
G: /g/ o [ɣ], /x/ La pronunciación de la g depende de la vocal que la siga y de su posición en la palabra. /g/: Consonante oclusiva velar sonora. Se pronuncia como /g/ al inicio de palabra o tras una pausa, y después de una consonante nasal o lateral. Ejemplo: gato /ˈga.to/. [ɣ]: Consonante aproximante velar sonora. En posición intervocálica o en otros contextos, se realiza como [ɣ], un sonido más suave. Ejemplo: amigo /aˈmi.ɣo/. /x/: Consonante fricativa velar sorda. Delante de las vocales e e i, la g se pronuncia como /x/, similar a la /j/ en español. Ejemplo: gente /ˈxen.te/, gigante /xiˈɣan.te/. Inglés: /g/: ge parece al sonido de la g en go /ɡoʊ/. Sin embargo, en inglés la /g/ es siempre oclusiva. No hay un equivalente exacto para [ɣ] en inglés. /x/: El inglés carece de un sonido idéntico, aunque puede aproximarse al sonido “ch” en loch (en escocés). Alemán: /g/: similar al sonido en Garten /ˈɡaʁ.tən/ (jardín). /x/: Muy cercano al sonido en Buch /buːx/ (libro), aunque el alemán tiene variantes más posteriores. Francés: /g/: similar al sonido en gare /ɡaʁ/ (estación). El francés no tiene un equivalente para /x/.
H: La hache es muda en español, es decir, no representa ningún sonido en la mayoría de los casos. No se pronuncia, aunque influye en la ortografía de muchas palabras. Ejemplos: hombre /ˈom.bɾe/, huevo /ˈwe.βo/. Excepciones: En palabras de origen extranjero o expresiones adaptadas, la h puede representarse como /h/ (sonido aspirado), especialmente en nombres propios o palabras provenientes del inglés, alemán u otras lenguas, como hámster /ˈham.steɾ/, hobby /ˈho.βi/.
I: La i en español es una vocal cerrada y anterior, lo que significa que la lengua se posiciona cerca del paladar duro, en la parte frontal de la boca, sin cerrarla completamente, y la punta de la lengua toca los dientes inferiores. Ejemplos: isla /ˈis.la/, camino /kaˈmi.no/. Inglés: similar al sonido en machine /məˈʃiːn/. Aunque en inglés, a menudo la i suena como un diptongo, como en mine /maɪn/, lo que no ocurre en español. Alemán: Similar al sonido en sie /ziː/ (ella), donde la i alemana también es cerrada y anterior como en español. Francés: muy parecido al sonido en si /si/ (si), donde la vocal es también clara, cerrada y estable.
J: /x/. La j en español se pronuncia como una consonante fricativa velar sorda. La intensidad del sonido puede variar dependiendo de la región, en España, especialmente en el centro y norte, es más fuerte y tensa, acercándose al sonido uvular [χ], mientras que en América Latina, suele ser más suave y relajada, incluso como [h] en algunos casos. Ejemplos jugar /xuˈɣaɾ/, trabajo /tɾaˈβa.xo/. Inglés: no hay un equivalente exacto. El sonido de la j en español puede aproximarse al sonido aspirado [h] en palabras como hello /həˈloʊ/ en ciertas variedades de inglés, sobre todo cuando se trata de la pronunciación de la j que se ve en países del Caribe. En su pronunciación más neutra la lengua se acerca más al velo del paladar. Alemán: similar al sonido de la ch en Bach /bax/ (arroyo), aunque este sonido alemán es a veces más tenso. Francés: no tiene un equivalente exacto.
K: /k/. Es siempre una oclusiva velar sorda, igual que la C delante de consonante, a, o o u. Existen pocas palabras en español con esta letra y la mayoría son préstamos o adaptaciones. Inglés: similar al sonido de la k en palabras como kite /kaɪt/, aunque menos aspirado. Alemán: Similar al sonido de la k en Kind /kɪnt/ (niño), aunque menos aspirado. Francés: coincide con el sonido de la k en palabras como kilogramme /ki.lo.ɡʁam/ (kilogramo).
L: /l/. La l en español es una consonante lateral alveolar sonora, lo que significa que el aire pasa por los lados de la lengua mientras la punta toca los alvéolos (la zona justo detrás de los dientes superiores). Es un sonido claro y estable en español, sin variaciones regionales significativas en su pronunciación estándar. Ejemplos: luz /lus/, hola /ˈo.la/. Inglés: similar al sonido claro de la l en palabras como light /laɪt/ al inicio de la palabra, aunque el punto de articulación en inglés es más bien dental. Además, en inglés, la l suele volverse más “oscura” o velarizada al final de palabras como ball /bɔːl/, lo que no ocurre en español. Alemán: similar a la l en Lampe /ˈlam.pə/ (lámpara), que también es una lateral alveolar sonora clara. Francés: coincide con la l en lumière /lyˈmjɛʁ/ (luz), aunque el francés puede suavizar un poco el sonido dependiendo del contexto.
M: /m/. La m en español es una consonante nasal bilabial sonora, lo que significa que se produce al juntar los labios y permitir que el aire salga por la nariz, mientras las cuerdas vocales vibran. Es un sonido constante y sin variaciones significativas en su pronunciación estándar a lo largo del mundo hispanohablante. Ejemplos: mano /ˈma.no/, amor /aˈmoɾ/. Inglés: idéntico al sonido de la m en palabras como mother /ˈmʌð.ɚ/. Alemán: similar al sonido en Mann /man/ (hombre). Francés: coincide con el sonido en maison /mɛ.zɔ̃/ (casa).
En el próximo artículo completaremos el abecedario. Pero ya que de pronunciación hablamos, te doy un consejo. Para mejorar la pronunciación es una muy buena idea escuchar música. Pero hacerlo atentamente, con el objetivo de mejorar la pronunciación. Algo que yo hago, que me ha dado muchos resultados, es armar una lista de reproducción en una lengua meta, y leer las letras de las canciones las primeras veces que las escucho, para saber qué es lo que dice la canción. Luego escucho esa lista cada vez que quiero escuchar música, y canto. No sé si es una experiencia muy agradable para las personas que me rodean, pero a mí me ha servido y mucho para mejorar mi pronunciación de mis idiomas meta, ya que al escuchar y pronunciar muchas veces las mismas palabras se vuelve algo repetitivo y uno se acostumbra a los sonidos. ¡Gracias por leer!
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