Que desanulen ese gol y me desrompan el corazón: un uso del prefijo “des”.

N

inguno de los verbos que usé en el titular existe. Pero a mí me gusta mucho el fútbol y usé, al día siguiente de un partido en el que un gol había sido anulado, en una situación real, en una conversación en mi trabajo, el verbo “desanular”, que no existe. Sin embargo, esa oración es perfectamente comprensible para cualquiera que domine el idioma español. En todos los idiomas, o, mejor dicho, en todos los idiomas que conozco, hay maneras de “inventar” palabras que son comprensibles para nuestros interlocutores.

Aquí el video del gol de marras.

CONMEBOL. 03 de Junio 2021. Eliminatorias | Revisión VAR | Uruguay vs Paraguay | Minuto 23. https://www.youtube.com/watch?v=sLY_6sqjXvo

Uno de los casos es el del prefijo des. En una de sus definiciones, el diccionario de la RAE dice que “des” denota negación o inversión del significado simple. Así, desconfiar significa no confiar, o desvestirse significa quitarse la ropa, por ejemplo. Si bien este prefijo tiene más usos, nos centraremos en este artículo en su uso con verbos, uso en el que, en particular, el prefijo revierte la acción que el verbo completa.

Existen muchos verbos en español que tienen una forma “negativa”, por definirlo de alguna manera, con el prefijo “des”. Siguiendo un punto de vista lógico, en general se trata de acciones plausibles de ser revertidas. O estos verbos pueden tener, simplemente, el significado contrario al mismo verbo sin el prefijo.

En “desconfío de las personas que aparentan tener intenciones demasiado buenas” no se transmite el mensaje de que alguna vez confié en ellas.

En otros casos, sí hay que haber realizado la acción para poder revertirla. Para poder desandar un camino es necesario haber caminado en él para poder volver atrás. Para poder desvestirnos, es necesario que antes nos hayamos vestido. Para poder despintar una pared, es necesario haberla pintado antes, de manera de poder quitarle la pintura de alguna manera.

Una cosa no se puede desromper. Es decir, algo que se ha roto se puede reparar, pero en general no va a quedar idéntico que en su estado original. Y aquí estoy simplemente buscándole una lógica a por qué el verbo desromper no existe en español. El punto es que no existe. Pero se entiende.

Un gol se puede desanular. Basta con haberlo anulado, y a posteriori tomar la decisión de que es un gol válido, como sucede actualmente en muchas ocasiones, VAR mediante. Sin embargo, el verbo desanular no aparece en el diccionario de la RAE. Pero, una vez más, se entiende.

¿Cuál es el sentido de todo esto? En el español coloquial muchas veces se “inventan” palabras agregándole el prefijo “des” a un verbo, y de esta manera se puede transmitir un mensaje comprensible para cualquiera que tenga una buena competencia lingüística en el idioma, aunque se esté utilizando una palabra que no existe, y que posiblemente el interlocutor no haya escuchado nunca. De hecho, tengo como ejemplo el caso del verbo desanular y el día en que lo usé. No solo todo el mundo entendió lo que quise decir, sino que el comentario de un compañero de trabajo fue:

- Desanular, ¡qué buen verbo!

Así, en el español coloquial es posible encontrar ejemplos de uso de verbos inexistentes. Uno muy común es “desver”: cuando alguien ha visto algo, por ejemplo, muy desagradable, podría perfectamente decir:

 – ¿Cómo hago para desver esto?, con el sentido de cómo hacer para no haber visto algo que ya fue visto, algo que, claramente, no es posible.

Otro ejemplo que si bien es un poco asqueroso lo he visto frecuentemente es el uso del verbo “descomer”. No, no existe. Se usa coloquialmente (y en forma de chiste, tengo que decirlo) para referirse a defecar. Si lo pensamos, tiene su lógica: cuando descomemos aquello que hemos comido no está más dentro de nuestro cuerpo, ¿no?

Un detalle importante es que no todos los verbos que comienzan con el prefijo “des” están negando o revirtiendo una acción simple, o al menos no en el español actual, dado que la evolución de los verbos puede haber sido fonológica, o que pueden haberse perdido significados en la evolución de los mismos. Pongamos el ejemplo del verbo “despertar”. Si le quitamos “des” nos queda “pertar”, que no significa nada en español. Pero, nuevamente, podemos seguir utilizando la misma lógica para “inventar” palabras. Voy a poner un ejemplo a continuación. Un ejemplo que nunca escuché, pero que estoy 100% seguro de que es perfectamente comprensible para cualquier persona con buen nivel de competencia en el idioma español.

  – ¿Se despertó?

  – Sí, se despertó, pero ya se desdespertó.

¿Conoces algo similar en tu idioma o en otros idiomas? ¡Me encantaría conocerlo!

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